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Las Míticas Toy Fair de Kenner (1978-1980) - Parte I

El negocio de los juguetes, tal como lo conocemos hoy, es un fenómeno relativamente moderno. Cuando en 1903 se celebró la primera Feria del Juguete de Nueva York, el evento estaba lejos de ser el espectáculo masivo que es en la actualidad. Algunos de los grandes éxitos de aquella temporada de 1903 fueron, sorprendentemente, los lápices de colores… ¡ahora en color! Binney & Smith presentaron su primer paquete de 8 crayones Crayola, mientras que los trenes Lionel trajeron al mundo de los juguetes la emoción del ferrocarril, miniaturizando el principal medio de transporte del país. Con el paso de los años, el auge del automóvil también se reflejó en juguetes que capturaron la imaginación de los niños. Clásicos como Erector Sets, Tinkertoys y Lincoln Logs hicieron su debut en aquellos primeros años y, sorprendentemente, todavía se fabrican hoy en día.

A medida que la Feria del Juguete crecía, también lo hacía la industria. En 1919, A.C. Gilbert, uno de los fundadores de la Asociación del Juguete, declaraba con orgullo: “La palabra ‘juguetes’ ya no significa ‘hecho en Alemania'”. Era una señal de que los juguetes estadounidenses estaban consolidándose como una potencia en el mercado. Para 1939, la feria ya atraía a 1.700 compradores, y por primera vez, comerciantes europeos viajaban a Nueva York para descubrir las novedades del sector. En esos años, los juguetes comenzaron a ser más que un negocio: se convirtieron en un fenómeno cultural. En 1930, se publicó uno de los primeros estudios sobre el impacto del juego en el desarrollo infantil, reafirmando su importancia en la educación y en la vida cotidiana de los niños.

La influencia de la feria siguió creciendo y, con el tiempo, la industria encontró un hogar permanente en The Toy Center, ubicado en la Quinta Avenida con la calle 23. Este edificio, que alguna vez fue un lujoso hotel, se transformó en un epicentro del juguete, albergando exclusivamente salas de exhibición. Para 1981, más de 600 empresas operaban desde allí, y siguió siendo la sede principal de la feria hasta el año 2000, cuando se trasladó al Javits Center, en el West Side de Nueva York.

Entre los años 60 y 90, la Feria del Juguete se convirtió en un evento de relevancia nacional e internacional. Reporteros de todo el mundo acudían para conocer los últimos lanzamientos, disfrutar de exclusivas fiestas y sumergirse en un espectáculo que no sólo servía para vender, sino que celebraba a toda la industria. En aquellos años, la feria no sólo reunía a fabricantes y distribuidores, sino que también ofrecía una ventana al futuro. Los asistentes internacionales tenían el privilegio de ver en primicia lo que llegaría a sus mercados al año siguiente.

Para los que amamos los juguetes de Star Wars, haber estado en una Toy Fair habría sido el epicentro donde todo comenzaba. Cada febrero, Nueva York se convertía en el escenario donde las grandes marcas mostraban al mundo sus apuestas para el año. Ahí, minoristas de todo el planeta cerraban acuerdos, hacían pedidos y, en definitiva, decidían qué figuras y vehículos llenarían las estanterías de nuestras tiendas favoritas.

Si bien el auge del comercio electrónico y gigantes como Wal-Mart y Toys ‘R’ Us ha restado protagonismo a este evento, en su época dorada la Toy Fair era el punto de partida de cada nueva línea de figuras de acción. Y es justo ahí donde Kenner brilló con luz propia.

Lo que se revisa en estos artículos es un verdadero tesoro para cualquier coleccionista de Star Wars. Son algunas de las únicas imágenes que existen de los showrooms de Kenner en las Toy Fair de finales de los años 70 y principios de los 80, con fotografías pertenecientes a las colecciones de Todd Chamberlain, Chris Georgoulias, Ron Salvatore, John Kellerman, Gus López y Will Grief, todos del gran sitio de Gus López, The Star Wars Collectors Archive.

Más que un Showroom: Una Obra de Arte de Kenner

Kenner no se conformaba con mostrar sus figuras en simples estantes. No, señor. La compañía diseñaba elaborados dioramas y exhibiciones para asegurarse de que cada juguete fuera presentado con el impacto que merecía. Estas fotos nos permiten ver con detalle esos montajes, muchos de los cuales han terminado en manos de coleccionistas con el paso de los años.

Todos recordamos con nostalgia haber visto figuras de Star Wars en los escaparates cuando éramos niños, pero ¿alguna vez te preguntaste cómo llegaban ahí? ¿Cómo convencía Kenner a los minoristas para apostar por ciertos productos?

¿Qué figuras tenían más protagonismo cada año en la Toy Fair?

Gracias a estos artículos podemos responder algunas de esas preguntas. Observar la evolución de las exhibiciones de 1978 a 1984 es como ver crecer a Kenner junto con la franquicia. Con cada año, las presentaciones se volvían más impresionantes, reflejando el éxito arrollador de Star Wars y consolidando a Kenner como el rey indiscutible de las figuras de acción.

Así que, amigo coleccionista, prepárate para un viaje en el tiempo a los salones de la Toy Fair donde Kenner nos mostró, año tras año, por qué sus juguetes se convirtieron en historia viva del coleccionismo. ¡Disfruta la galería y que la Fuerza te acompañe en tu búsqueda de piezas legendarias!

1978: El Primer Showroom de Star Wars en la Toy Fair

La Toy Fair de 1978 fue el gran debut de Star Wars en el mundo del coleccionismo, y la siguiente imagen es la única prueba visual conocida de aquel showroom. Lo curioso es que, a diferencia del resto de la galería, esta foto no proviene de los archivos de Kenner, sino de una revista desaparecida llamada Future (número #3, publicado en 1978). Esta fotografía funciona como una ventana a los primeros días del fenómeno Star Wars en la Toy Fair. ¡Así comenzaba la era dorada del coleccionismo galáctico!

Aunque la multitud de compradores oculta parte de las mesas de exhibición, aún podemos hacernos una buena idea de cómo estaba organizado el showroom. A la izquierda, aunque difícil de distinguir en la imagen, se encontraba el primer Action Display Stand con sus 12 figuras originales en blister. Más al fondo, hacia la derecha, se exhibían las figuras de Luke y Leia en formato 12″, aunque lamentablemente no es posible apreciarlas en detalle.

En la pared trasera, se pueden ver algunos de los grandes vehículos y sets de juego de la época:

Como detalle curioso, en el centro de la imagen, una mujer rubia sostiene uno de los icónicos sables de luz inflables de la época. Y, hacia la izquierda, una sorpresa: ¡un R2-D2 a tamaño real! Probablemente fue prestado por Lucasfilm para darle un toque extra de autenticidad al stand de Kenner.

1979: La Expansión del Universo Kenner en la Toy Fair

Si 1978 marcó el debut de Star Wars en la Toy Fair, 1979 fue el año en que Kenner subió la apuesta. Con un catálogo cada vez más robusto y la fiebre galáctica en pleno auge, la compañía no escatimó esfuerzos en presentar sus productos de manera impactante. Desde el primer diorama de Toy Fair hasta la legendaria promoción de Boba Fett con cohete lanzable, este año dejó huella en la historia del coleccionismo.

El Primer Diorama de Star Wars en la Toy Fair

En 1978 Kenner no usó dioramas en su exhibición, pero para 1979 cambiaron las reglas del juego. Aquí nació el primer diorama de la saga en una Toy Fair, con una especie de montaña que servía de escenario para algunas de las primeras grandes piezas de la línea, como:

En la pared sobre el diorama se podían ver las cajas de varios de estos juguetes, dejando claro que Kenner estaba construyendo un universo en miniatura.

La Estrategia de Kenner en las Tiendas

Para los minoristas, la presentación en tienda es clave. Un buen despliegue de productos puede marcar la diferencia entre el éxito y el olvido. Kenner lo sabía, y en 1979 presentó una estrategia de exhibición con:

Arriba de todo, en la pared, destacaba el enorme cartel de Toy Center, coronando la exhibición con un diseño llamativo que atrapaba a cualquier fan de Star Wars al instante.

Una de las piezas más raras de la historia del coleccionismo Kenner se mostró en la Toy Fair de 1979. Kenner ofrecía a los minoristas un estante con alambres donde se podía ordenar una selección de figuras. Lo que realmente hace especial esta exhibición es el cartel que la acompañaba: El famoso “Get a Free Boba Fett” hanger. Este cartel promocionaba la icónica oferta de Boba Fett por correo, convirtiéndolo en uno de los displays más difíciles de encontrar hoy en día. En el estante, todas las figuras en blister 20-back incluían la codiciada oferta de Boba Fett.

La Leyenda del Carded Rocket-Firing Boba Fett

Si hay una imagen de la Toy Fair de 1979 que brilla con luz propia, es el display de figuras que incluía una selección de los nuevos lanzamientos de Kenner, pero lo realmente especial era la presentación de Boba Fett.

Abajo en el centro se aprecia un Rocket-Firing Boba Fett suelto, el que probablemente iba a ser usado para mostrar su mecanismo de disparo a los compradores. Justo a su derecha, un blister prototipo de Boba Fett en cartón 21-back con un diseño inicial de la explosión en el cartón y un J-Slot Rocket Fett sellado en su burbuja. Sin duda, este Rocket-Firing Boba Fett ya había sido cancelado dado el cartón 20 back que se aprecia dado vuelta en que aparece tapada la figura disparando y en su lugar hay una calcomanía con su descripción.  Junto al gran Boba Fett, se aprecian todas las 20 primeras figuras de la colección junto con el case de almacenamiento de Star Wars.

Las nuevas Estrellas del Showroom de 1979

  • Death Star Playset – Una pieza esencial en cualquier exhibición de Kenner.

  • Sandcrawler y R2-D2 a control remoto – Productos de alto precio en la línea de Star Wars, acompañados por una pantalla de video mostrando comerciales de TV.

  • Imperial Troop Transporter – Un vehículo exclusivo de Kenner, no basado en la película, pero que se convirtió en un favorito de los fans.

  • Bop Bags de Star Wars – Incluyendo el clásico Chewbacca Bop Bag, un juguete que permitió a los niños “entrenar” como verdaderos Jedi golpeando al Wookiee (pobre Chewie).

  • Millennium Falcon – Abierta para mostrar su interior, dejando claro que era la nave insignia de la línea.

  • Electronic Laser Battle Game – Una de las piezas más raras de Kenner, junto con su super-exclusivo display de tienda.

1979 marcó un antes y un después en la forma en que Kenner presentaba Star Wars. Con dioramas detallados, estrategias de retail bien planificadas y el auge de la fiebre por Boba Fett, esta Toy Fair consolidó a Kenner como el líder absoluto del mercado de figuras de acción.

Para los coleccionistas, estos momentos son historia pura. Cada una de estas imágenes no sólo nos transporta al pasado, sino que nos ayuda a comprender cómo se forjó la mitología de Star Wars en el mundo del juguete. ¡Un verdadero viaje en el tiempo para cualquier fan!

1980: El Año del Imperio y la Consagración de Kenner en la Toy Fair

Si había alguna duda de que Star Wars había pasado de ser una película de éxito a un fenómeno cultural de larga duración, la Toy Fair de 1980 se encargó de despejarla. Con la inminente llegada de The Empire Strikes Back, Kenner aprovechó la feria para lanzar su nueva línea de juguetes y consolidarse como la referencia absoluta en figuras de acción.

A diferencia de años anteriores, el showroom de Kenner en 1980 era más grande, más llamativo y mucho más elaborado. Con una pared completamente decorada con estrellas, planetas y formaciones rocosas que parecían sacadas del espacio, el evento sirvió como el gran lanzamiento de El Imperio Contraataca en el mundo del juguete.

El Gran Muro de Kenner

Con un despliegue épico, toda una pared estaba dedicada a exhibir las novedades de 1980, combinando juguetes de Star Wars y Empire Strikes Back. Dado que era un año de transición, algunos productos aún tenían el empaque clásico de Star Wars, mientras que otros ya lucían la nueva identidad de ESB. Mientras el TIE Fighter aún venía en su caja original de Star Wars, el X-Wing ya tenía su versión con el nuevo empaque de Empire Strikes Back.

Toy Fair 1980 se llevó a cabo cuatro meses antes del estreno de la película, por lo que muchos compradores vieron por primera vez escenarios como Hoth o la cámara de meditación de Darth Vader a través de los nuevos juguetes de Kenner. En el centro del showroom, varias mesas exhibían productos como el Star Destroyer de Darth Vader. Vendedores de Kenner se situaban detrás de estas mesas para demostrar las características de los juguetes en acción y repartir catálogos de ESB a los compradores interesados. En la pared del fondo, un televisor proyectaba anuncios comerciales, asegurando que nadie saliera sin haber sentido la fiebre de Star Wars.

La Montaña de Hoth y el Diorama de Figuras

Uno de los elementos más llamativos del showroom fue el diorama de figuras de acción, que marcó el debut de las primeras 10 figuras de la línea ESB que se sumaban a las anteriores totalizando 31 figuras. Estos juguetes estaban cuidadosamente organizadas en una montaña nevada, simulando los paisajes helados de Hoth. Encima de ellas, en la pared, se podían ver las versiones en blister con el diseño 31-back de Empire Strikes Back. Este diorama no sólo ayudó a promocionar los nuevos personajes de ESB, sino que también fijó un estándar para las futuras exhibiciones de Kenner, donde la ambientación jugaría un papel clave para atraer a compradores.

El Darth Vader Carrying Case y la Promoción del "Figura Secreta"

Entre los elementos más destacados de la exhibición estaba el Darth Vader Carrying Case, una maleta en forma del casco de Vader diseñada para guardar figuras de acción. Todos los blisters de la línea llevaban la leyenda “Secret Action Figure Offer”, una estrategia de marketing que mantenía a los compradores intrigados. ¿Quién era la figura secreta? Nada menos que Bossk, el reptiliano cazarrecompensas que más tarde sería revelado como la exclusiva figura por correo del año.

Los Juguetes que Brillaron en el Showroom de 1980

  • Las figuras de 12” – Exhibidas contra la pared, con IG-88 como el último lanzamiento de la línea.

  • Sandcrawler y R2-D2 a Control Remoto – Mostrados en una mesa con bordes de seguridad para evitar accidentes.

  • Tauntaun y Dewback – Expuestos sobre una plataforma arenosa para simular un entorno natural.

  • Twin Pod Cloud Car – Uno de los nuevos lanzamientos de 1980, acompañado de la figura del Hoth Rebel Soldier.

  • ESB Die-Cast Vehicles – Entre ellos, el legendario TIE Bomber, suspendido con alfileres para simular que flotaba en el aire.

  • Darth Vader’s Star Destroyer – Uno de los productos estrella de la feria, que incluía la icónica cámara de meditación de Vader.

  • Publicidad y Anuncios – Kenner mostró materiales promocionales, incluyendo impresos con Bossk como la figura de la promoción por correo y adelantos de anuncios de televisión.

La Batalla de los Vendedores: Convenciendo a los Compradores

Las Toy Fair no eran sólo vitrinas de juguetes, sino batallas comerciales entre representantes de ventas y compradores mayoristas.

Los vendedores de Kenner se esforzaban en explicar cada característica de los juguetes, a veces frente a compradores escépticos. Una imagen curiosa muestra a un representante de ventas tratando de convencer a una mujer sobre los vehículos die-cast, quien parece no estar muy impresionada. Es posible apreciar también a una multitud de compradores rodeando la exhibición de Star Wars, posiblemente probando alguna de las figuras o vehículos. En el showroom, Kenner proyectaba comerciales de sus productos en un televisor (en la fotografía se aprecia el Orbiter 6 Shuttle Command), el concepto de usar publicidad audiovisual en la Toy Fair se convirtió en una estrategia clave para vender líneas de juguetes.

La Toy Fair de 1980 no sólo fue la plataforma de lanzamiento de Empire Strikes Back, sino la consolidación de Star Wars como una línea de juguetes permanente. Con un showroom espectacular, dioramas bien pensados y una estrategia de marketing que mantenía a los fans en vilo, Kenner no sólo vendió juguetes, sino que reforzó la mitología de la saga a través del coleccionismo. Para los coleccionistas de hoy, cada una de estas imágenes es un testimonio del momento exacto en que Star Wars dejó de ser solo una película y se convirtió en un legado.