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Universo Kenner: Entre Joyas y Falsificaciones

Con la llegada de la trilogía en su edición especial a fines de los 90, no sólo volvieron los personajes a la pantalla, sino que también revivió la fiebre por el “merchandising clásico” de la trilogía original. Grandes masas de fans se agolparon a los negocios para obtener figuras de Boba Fett o  alguno de sus héroes favoritos.

Pero junto con lo nuevo, lo viejo tuvo un repunte, las figuras, los sets de juego y los posters que habían acompañado la infancia de muchos coleccionistas volvieron a ser el centro de atención, y con ellos, un mercado secundario lleno de historias fascinantes.

Considerando que Kenner produjo cerca de mil millones de figuras de acción entre 1978 y 1985 asociadas a Star Wars, en nuestro país no era fácil encontrarse con estas joyas. Hoy en día, hay varios especialistas que se dedican a proveer de estos juguetes y mantener viva la Fuerza (@thekennerrun, @vertice_vintage, @kessel_store, @startoyschile, @swtoys2022, entre muchos más). Gracias a Internet y el comercio electrónico se hace un poco más sencillo y accesible que hace más de 20 años atrás.

Lo impactante, sin embargo, son muchas veces los precios de algunas de estas piezas. En una economía regida por la oferta y la demanda, una figura sellada puede alcanzar precios que no siempre son accesibles, y si se trata de una edición rara o incluso de algún prototipo, los valores pueden escalar incluso hasta los miles de dólares.

El problema es cuando aparece el lado oscuro del coleccionismo: las falsificaciones, y no me voy a enfocar en los descarados bootlegs que esos son otra historia y que algo ya he revisado en este sitio. Algunos vendedores, aunque cada vez menos, aprovechando la pasión y nostalgia de los fans, ofrecen piezas falsificadas como si fueran tesoros auténticos. Y si el comprador no investiga con cuidado, podría terminar pagando una fortuna por una estafa. Incluso, podría pasar que sea una estafa sin saberlo, por ignorancia del vendedor.

Un caso clásico es el de Boba Fett con lanzamisiles funcional, del que no existen muchas unidades, puede alcanzar precios bastante elevados. Incluso algunos Boba Fett sellados o Jawa capa vinilo sellados han llegado en subasta a varios millones de dólares. Acá lo importante es observar con atención. Para el caso de un supuesto prototipo de Boba Fett ¿El mecanismo se ve auténtico? ¿El cohete encaja bien? ¿La pintura parece original? Si algo no cuadra, probablemente estés ante una falsificación.

Algunas señales de alerta incluyen fechas borradas en las piernas (que no coincidan con las registradas para la figura en cuestión), burbujas del empaque manipuladas (usualmente reselladas) o capas de vinilo o de tela que no coinciden con las originales. Por ejemplo:

  • ¿La capa roja de Bib Fortuna (BIFHK3) se parece demasiado a la de los Guardias Reales del Emperador? Es falsa.
  • ¿El vinilo del supuesto Jawa (JHK1) tiene el mismo tono que la capa de Ben Kenobi? Es falsa.

Historias de Terror

En el vasto universo del coleccionismo de Star Wars, hay historias que brillan… y otras que terminan empañadas por la duda.

En un artículo de Stephen Sansweet en la revista Insider 24, se menciona una historia de un supuesto prototipo de R2-D2 vendido por más de USD$1.000. La figura tenía partes rotas y un cuerpo no coincidente, con una etiqueta de papel que simplemente decía “prototipo”. Además, ahí se identifica que las falsificaciones no se limitan a figuras. Desde 1982, los posters también han sido víctimas. Algunos pasaron de costar $15 a más de $200, y con ello, aparecieron las copias piratas. Los detalles del papel, la nitidez de los logos, e incluso la distancia del número “1977” respecto al borde pueden delatar si un afiche es auténtico o no. El verdadero problema es cuando se puede acceder a este material sólo vía ebay, donde muchos de estos detalles físicos no son posibles de analizar.

Otra historia es la del Bib Fortuna con abrigo color burdeo, producido por la juguetera mexicana Lili Ledy. Esta versión, exclusiva de México, se convirtió rápidamente en una de las figuras más codiciadas del mercado, no sólo por su rareza, sino por el misticismo que la rodeaba. Durante años, su existencia fue casi legendaria: una figura que sólo unos pocos afortunados podían presumir. Pero como suele ocurrir con las piezas altamente deseadas, las falsificaciones no tardaron en aparecer. Las primeras imitaciones salieron a la luz alrededor de 2004, aunque fue entre 2008 y 2010 cuando estalló la verdadera epidemia de clones.

El problema se agravó porque estas réplicas eran cada vez más sofisticadas. Con el tiempo, resultó casi imposible distinguir las verdaderas de las falsas. Así, lo que alguna vez fue una joya inalcanzable terminó por convertirse en una figura común, despojada de su valor, a menos que viniera sellada en su empaque original. De hecho, yo mismo tengo una en mi colección. La compré antes de que la oleada de piratería invadiera el mercado. Siendo honesto, y viendo cómo evolucionaron las falsificaciones, tengo dudas si la que tengo es de las originales o falsificadas.

El Jawa con capa de vinilo es una de las figuras controversiales a nivel de piratería, apareciendo varias versiones de este diciendo que son originales, siendo que no lo son. Como sabemos, en la primera wave de figuras fue lanzado al comercio el Jawa, y es en esta misma wave donde aparece el Jawa con capa vinilo y además el Jawa con una túnica de tela (bastante mejor considerando al personaje visto en la película). La versión que finalmente se masificó fue la de tela y por supuesto hizo que la figura de Jawa con capa de vinilo se hiciera escasa y ante la alta demanda, muy cara.

Con todo esto, según lo expuesto por Edgar Fortanell, existen dos tipos de capa de vinilo, el común que es poco más claro en la capa y el que fue distribuido en Australia por Toltoys, pero hecho y armado por Kenner. Esta versión “australiana” tiene un tema con el plástico que con los años se hace notar su degradación, formando lunares en las extremidades. Además el color de esta capa es bastante más oscura que el común. Lo bueno de estos dos tipos es que ambos tienen el mismo patrón tipo diamante y con buena sensación al tacto, lo que la diferencian de la textura de las figuras de Kenobi y Vader. Esta figura también se distribuyó de la mano de Meccano, y coincide con la versión común fabricada por Kenner.

Para el caso de Bib Fortuna y Jawa, muchas veces les colocan estos accesorios de ropa pero sobre figuras que no tienen el mismo COO que debiera tener la versión original, siendo otra forma de identificar el engaño.

La falsificación al siguiente nivel

Sin duda, la historia más impresionante es la de Pablo Artesi, quien estafó a cientos de fan en el mundo por medio de supuestas piezas de TopToys. La historia de Pablo Artesi, conocido en la comunidad de coleccionistas de Star Wars como “Weeba Weeba”, es una de las más notorias en el mundo del coleccionismo vintage. A principios de los años 2000, Pablo, un coleccionista argentino, comenzó a ganar reconocimiento por su impresionante colección de figuras raras y prototipos, especialmente de origen argentino (TopToys). Sin embargo, en 2005, presentó al mercado una figura que cambiaría su reputación: el Lando Calrissian (Skiff Guard) argentino, supuestamente parte de una promoción de Pepsi.

Según Pablo, esta figura nunca fue lanzada comercialmente y sólo se distribuyó internamente en Pepsi Argentina. Afirmaba haber obtenido varias unidades de empleados de la empresa y vendió alrededor de diez de estas figuras a coleccionistas de todo el mundo, generando entusiasmo y altas sumas de dinero. Sin embargo, con el tiempo, surgieron dudas sobre la autenticidad de estas piezas. Investigaciones posteriores revelaron inconsistencias en los materiales y detalles de las figuras, y se descubrió que Pablo, junto con algunos socios, había fabricado estas falsificaciones utilizando partes de otras figuras y creando empaques falsos.

El impacto de este fraude fue significativo. Muchos coleccionistas que habían adquirido estas figuras se sintieron engañados y comenzaron a cuestionar la autenticidad de otras piezas en sus colecciones. La comunidad de coleccionistas se volvió más cautelosa, y este incidente sirvió como una lección sobre la importancia de la verificación y la investigación antes de realizar adquisiciones costosas.

No todo está perdido

En la actualidad existen también los que hacen “falsificaciones” pero de manera honrada, ¿Cómo es esto? Personas como Stan Solo desde hace ya bastante tiempo que acerca las figuras difíciles de conseguir, como pueden ser los last 17, a precios más accesibles y con una calidad sorprendente. Lo bueno, que personas como ésta no las trata de pasar por reales, sino que las promueven por lo que son, unas buenas copias de las originales. Incluso sus creaciones tienen su propio sello SS en vez de los COO conocidos de Kenner. Mención aparte que además de tener estas copias, tiene varias creaciones de personajes de la película que nunca tuvieron su figura, como Leia Slave o la bailarina Oola.

El caso de Pablo Artesi y otros destaca cómo incluso miembros respetados de una comunidad pueden perpetrar fraudes, y cómo la pasión por el coleccionismo puede ser explotada. Es un recordatorio de la necesidad de mantener la vigilancia y la diligencia en el mundo del coleccionismo. Hay que tener cuidado y sobre todo, no dejes que la emoción nuble tu juicio. Porque si incluso algunos expertos han sido engañados, ¿Qué queda para el resto de nosotros?