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See-Threepio (C-3PO) Collector's Case

SKU: 70440

1era Aparición 1983
Precio promedio original USD$ 11.99
Yellow Insert
Inserto amarillo. Yellow insert.
Inserto verde. Green insert.
KENNER

Son los creadores y fabricantes de todos los juguetes vintage de la saga. Muchas de las figuras, especialmente las primeras, se fabricaron sin mucha información lo que generó que fueran un poco diferentes a lo visto en la primera película. Así, las instrucciones de Kenner para sus asociados tampoco eran del todo exactas lo que generó variedad de colores y tonos para muchos casos.

Ideado como el sucesor del ultra popular case de Darth Vader lanzado en 1980, el Collector’s Case de C-3PO podía almacenar hasta 40 figuras y destacaba por su brillante superficie dorada con un acabado metálico. Aunque, al igual que el case de Vader, no era precisamente eficiente a la hora de mantener las figuras en su sitio, su detallada escultura y el efecto metálico lo convertían en un objeto visualmente impresionante.

Este case fue lanzado por primera vez en 1983 y llegó a convivir por un tiempo en las estanterías con su contraparte de Darth Vader. También compartió espacio con otro curioso estuche lanzado en 1984: el Laser Rifle Carry Case. 

Tanto suelto como en empaque original, el case de C-3PO no es especialmente común; de hecho, es bastante más escaso que el omnipresente estuche de Darth Vader. Las unidades selladas sin uso deben conservar aún el faldón de cartón y el envoltorio plástico transparente.

C-3PO White Mold Test Case

Este curioso ejemplar es un prototipo de prueba de molde desarrollado durante la producción del case de C-3PO para la línea Return of the Jedi (ROTJ). Aunque a simple vista mantiene exactamente la misma escultura que el case que finalmente llegó al mercado en 1983, este modelo presenta una diferencia clave: está fabricado en un plástico blanco, más suave que el utilizado en la versión final.

El propósito de este tipo de pruebas era verificar la calidad del molde y los detalles del esculpido antes de avanzar con materiales definitivos o acabados especiales como el vac-metálico dorado que caracterizó al producto final. Sin embargo, este plástico blanco tiene una textura y una consistencia levemente más blanda, lo que habría dificultado la aplicación del recubrimiento metálico al vacío, un proceso que requiere una superficie más rígida para lograr una adhesión uniforme y duradera.

El color del plástico en este prototipo es de un blanco lechoso, con una apariencia que recuerda al mármol o al alabastro, lo que le otorga un aspecto inusualmente elegante para una pieza de prueba. Este tipo de prototipos rara vez salía de las instalaciones de producción, por lo que los pocos que existen hoy en día son considerados verdaderas rarezas dentro del mundo del coleccionismo Star Wars. Representan no solo una etapa clave en el proceso de fabricación, sino también un vistazo íntimo al desarrollo detrás de escenas de uno de los accesorios más icónicos de la era Kenner.

Foto: Star Wars Collectors Archive

Prototipo Transparente de Prueba de Molde – C-3PO (Clear Mold Test Case)

Este fascinante ejemplar corresponde a una prueba de molde del case de C-3PO, y se cree que fue parte del proceso de desarrollo de la versión lanzada bajo la línea Return of the Jedi (ROTJ) en 1983. Lo que lo hace particularmente interesante es su material: un plástico transparente y rígido, muy distinto al acabado metálico dorado que caracterizó al producto final, pero justamente elegido por su rigidez, lo cual era un requisito técnico indispensable para el proceso de vacuum metallization (metalizado al vacío).

A diferencia del case que llegó a producción, este prototipo muestra diferencias notables en la escultura, particularmente en la zona de los ojos y la parte superior de la cabeza, donde el nivel de detalle es considerablemente más bajo. Esto sugiere que se trata de una etapa preliminar del diseño, donde el objetivo principal era validar el molde base y las proporciones generales antes de proceder a los detalles finales y acabados decorativos.

Otro detalle relevante es que este prototipo no presenta ninguna inscripción de copyright ni fecha de producción —ni en el exterior ni en el interior del estuche—, lo que refuerza la idea de que fue creado exclusivamente para pruebas internas y nunca se contempló como una unidad destinada a circulación comercial.

El uso de plástico transparente en este tipo de prototipos es común en la industria del juguete, ya que permite a los diseñadores y técnicos evaluar mejor la estructura interna, los puntos de cierre, las uniones y la capacidad de ensamblaje de las dos mitades del molde. También facilita la revisión de defectos en la inyección del plástico o imperfecciones del molde.

Este estuche es ligeramente diferente al anterior prototipo transparente de C-3PO, ya que presenta los detalles finales de producción en los ojos y un acabado más brillante que el otro modelo translúcido. Además, contiene información de copyright en la parte posterior.

Piezas como esta rara vez sobreviven fuera del entorno de fábrica, y cuando lo hacen, se convierten en verdaderos tesoros del coleccionismo. No sólo documentan el proceso creativo detrás de los productos más icónicos de Kenner, sino que también nos permiten entender cuán meticuloso era el desarrollo industrial de un juguete en la era dorada de Star Wars.

Fotos: Star Wars Collectors Archive

Prototipo C-3PO en Dorado Opaco – Dull Gold Test Case

Este prototipo del case de C-3PO, en un tono dorado opaco, representa otra pieza intrigante dentro del proceso de desarrollo de los icónicos estuches de figuras de acción de Star Wars. Aunque no se tiene certeza absoluta sobre su función específica en la línea de producción, la hipótesis más aceptada es que Kenner realizó pruebas con distintos tipos y colores de plástico antes de optar por el proceso final de metalizado al vacío (vacuum metallization), que dio al producto su característico acabado dorado brillante.

El color de este estuche recuerda al tono apagado del case de Darth Vader también utilizado en prototipos, lo que sugiere que ambos podrían haber formado parte de una misma fase de pruebas de materiales. Es posible que el objetivo fuera evaluar qué tan bien funcionaban ciertos pigmentos plásticos por sí solos, sin necesidad de aplicar un recubrimiento metálico adicional, o como base cromática para el posterior metalizado.

Además del color, otro elemento interesante es el molde utilizado: este prototipo presenta el llamado “molde temprano”, también visible en otros ejemplares de prueba como los transparentes o amarillos. Este molde se caracteriza por tener menos definición en zonas como los ojos y la parte superior del cráneo, lo que indica que fue parte de las primeras iteraciones previas a la versión final más detallada.

A falta de marcas visibles de copyright y sin información directa por parte de Kenner, este prototipo dorado opaco sigue siendo un objeto de especulación entre coleccionistas. No obstante, su existencia aporta una valiosa evidencia del cuidadoso —y muchas veces experimental— proceso que implicaba llevar un juguete desde el concepto inicial hasta las estanterías de las tiendas.

Foto: Star Wars Collectors Archive

Prototipo (Silver C-3PO Case)

Este prototipo en particular es, sin duda, uno de los más enigmáticos asociados al desarrollo del case de C-3PO. Se han encontrado muy pocos ejemplares de esta versión en color plateado, y hasta el día de hoy no existe documentación oficial que aclare su propósito exacto dentro del proceso de producción.

La teoría más aceptada entre coleccionistas y expertos es que estos estuches plateados fueron utilizados como parte de las pruebas de metalizado al vacío (vacuum metallization), específicamente como una etapa intermedia antes de la aplicación del tinte dorado definitivo. El acabado metálico plateado podría haber servido para evaluar la adherencia del recubrimiento de aluminio vaporizado sobre el plástico rígido, la uniformidad del brillo, o incluso la reacción del material a la capa protectora final.

El proceso industrial llamado metalizado al vacío, abreviado como vac-metálico (vacuum metallized o vacuum metalized), es una técnica utilizada para aplicar un recubrimiento metálico ultrafino sobre una superficie plástica (u otro material no metálico), dándole un acabado brillante, similar al cromo o al oro pulido.

En el caso de juguetes como el case de C-3PO de 1983:

  • El plástico base (generalmente ABS) se recubre con una fina capa de aluminio vaporizado dentro de una cámara de vacío.

  • Luego se suele aplicar una capa protectora transparente (a veces con tinte dorado, en el caso de C-3PO) para lograr ese efecto de brillo metálico intenso y proteger la superficie del desgaste.

Este proceso fue muy popular en los años 70 y 80 para dar a los juguetes una apariencia metálica sin el peso ni el costo del metal real. 

Aunque el molde de estos ejemplares parece coincidir con el utilizado en la versión final lanzada en 1983 para la línea Return of the Jedi, el acabado en tono plata les da un aspecto completamente distinto, casi como una versión alternativa del droide antes de su característico baño dorado. Por este motivo, estas piezas generan gran fascinación entre los coleccionistas, no sólo por su rareza sino por el misterio que las rodea.

Al no contar con marcas visibles de copyright ni fecha de producción, se refuerza la hipótesis de que fueron creadas exclusivamente para pruebas internas, probablemente dentro del laboratorio de producción de Kenner o en la planta de metalización contratada.

La existencia de estos estuches plateados es un recordatorio de cuántos pasos invisibles hay en el desarrollo de un producto aparentemente simple, y de cómo, a veces, los vestigios de ese proceso logran sobrevivir para convertirse en piezas de culto dentro del coleccionismo Star Wars.

Foto: Star Wars Collectors Archive

Hardcopy del case de C-3PO – Prototipo para Catálogo Kenner

Un hardcopy (o copia rígida) es, literalmente, una “copia dura” de una figura, pero no de una figura estándar de producción. En realidad, se trata de una réplica directa del esculpido original, realizada mediante un molde de silicona. Se les llama hardcopies porque están hechas de un tipo de poliuretano más denso y rígido que el plástico común utilizado en las figuras comerciales, lo que las hace notablemente más pesadas. El poliuretano utilizado suele componerse de tres elementos: un catalizador, un endurecedor y un pigmento. Se le puede añadir cualquier color, pero el material solo se solidifica una vez que el catalizador y el endurecedor se han mezclado.

Todas las hardcopies son elaboradas de forma completamente artesanal: fundidas a mano, pintadas a mano y ensambladas manualmente por el equipo de diseño. Cada parte debe ser lijada y preparada antes del ensamblaje, y se perforan orificios en cada sección para poder sujetar los brazos, piernas y cabeza con clavijas metálicas, lo que permite que la figura pueda desmontarse fácilmente. A diferencia de los productos finales, estas copias no llevan orificios en los pies ni marcas de copyright, ya que estos detalles se añaden en la fase de moldeado en acero. Las hardcopies se utilizan tanto como muestras para aprobación como herramientas de referencia durante el diseño de los moldes definitivos. Cuando están pintadas, también sirven como guías de pintura para indicar con precisión qué color debe aplicarse a cada parte o qué color base de plástico se debe usar. Además, dado que no se produce encogimiento en el proceso, las hardcopies mantienen dimensiones idénticas al esculpido original en cera, aunque pueden perder un mínimo de detalle por la transferencia entre materiales.

Acá se puede apreciar un hardcopy del case de C-3PO, creada específicamente para ser fotografiada en los catálogos promocionales de Kenner. Su estructura está realizada en resina o poliuretano, como es habitual en este tipo de prototipos, y su exterior fue meticulosamente pintado a mano con un acabado metálico. Incluso el interior del estuche fue decorado, lo que resalta la atención al detalle que se puso en esta pieza única. 

Foto: Star Wars Collectors Archive

Empacado

Una de las primeras versiones conocidas corresponde a un prototipo que presenta diferencias notables con respecto al producto final lanzado en 1983. Esta variante inicial se caracteriza por tener menos detalle en la zona de los ojos y la frente, lo que sugiere que pertenecía a una etapa temprana del proceso de moldeado. A pesar de estas diferencias escultóricas, el acabado metálico dorado aplicado en esta muestra es bastante similar al del case de producción, lo que indica que ya se estaban probando técnicas de metalizado al vacío sobre plástico rígido.

Son estas versiones las que se usaron para las pruebas de empaque del case de C-3PO. En esos casos, el estuche se encuentra envuelto en plástico retráctil (shrinkwrap) y montado sobre una base de cartón con las mismas dimensiones que la versión final de Return of the Jedi. El tono dorado en estos ejemplares de prueba parece ser más oscuro que el aplicado en los case comerciales, lo que podría indicar una variante en los materiales o en la técnica de metalización utilizada durante las pruebas de producción.

Finalmente, el diseño del empaque final se muestra en una lámina desplegada del mismo. Este material confirma que el estuche fue producido exclusivamente bajo el diseño de la línea Return of the Jedi. Las cajas de producción eran plegadas varias veces en la base para ajustarse al formato del juguete, lo cual ha dejado marcas de doblez en los ejemplares que han sobrevivido. 

Fotos: Star Wars Collectors Archive

Comercial

C-3PO Case – Droids

Una de las apariciones más fascinantes —y frustrantes— dentro del coleccionismo Kenner es, sin duda, el case de C-3PO de la línea Droids. Aunque este estuche jamás llegó a comercializarse, sí fue oficialmente presentado por la propia compañía. La evidencia más clara de ello se encuentra en el Kenner 1985 Retailer’s Catalog Featuring Star Wars Droids, donde aparece este espectacular diseño en una de sus páginas promocionales. Esta es una prueba irrefutable: el producto existió al menos como prototipo y usado en esta fotografía y fue parte del material distribuido a minoristas y distribuidores.

El case , moldeado en plástico blando de color amarillo brillante, representa una escultura simplificada de C-3PO basada en el diseño animado de la serie televisiva The Adventures of R2-D2 and C-3PO. Su interior podía almacenar hasta 40 figuras de acción y venía acompañado de una hoja de etiquetas sensibles a la presión para que los niños pudieran identificar a sus personajes favoritos. También contaba con un asa oculta para facilitar el transporte del estuche, siguiendo el mismo principio de funcionalidad que el case de Darth Vader lanzado años antes.

Aunque la imagen del catálogo muestra un producto completo y funcional —incluso con figuras dentro para ilustrar su capacidad—, lo cierto es que este case nunca llegó a las estanterías de las tiendas. Se trató de una pieza promocional que quedó archivada en la historia como uno de los “grandes ausentes” del merchandising ochentero de Star Wars.

Esta inclusión en el catálogo de Kenner de 1985 no sólo confirma que el producto estaba planificado, sino que también revela cuán avanzada estaba su presentación: se había diseñado un empaque, una hoja de instrucciones y un concepto de marketing completamente desarrollados.

La pieza fotografiada en dicho catálogo corresponde a la primera versión que apareció de este case. La segunda versión se utilizó específicamente para exhibiciones físicas durante la Feria del Juguete. Hasta la fecha, se conoce un solo ejemplar de cada una de estas cajas, lo que las convierte en reliquias auténticas de las vitrinas promocionales de mediados de los años 80.

Ambas cajas son maquetas construidas en cartón con ilustraciones impresas y pegadas manualmente, representando cómo habría lucido el empaque final si el producto hubiese llegado a producción. En el reverso de una de ellas, se pueden ver pequeños círculos de velcro blanco, que se usaron para fijar la caja a paneles forrados en tela, típicos de los stands de exhibición de la época.

En cuanto a los prototipos del propio case, también existen dos variantes claramente diferenciadas. La primera es de un color amarillo brillante, con una escultura más simplificada que carece de detalles en los ojos y la frente. La segunda variante es de un tono amarillo mostaza, más sobrio, e incluye ojos texturizados y el pequeño relieve (greeblie) en la parte frontal de la cabeza del droide que tenía el case “original”. Estas diferencias evidencian distintas etapas en el proceso de diseño, desde el concepto inicial hasta lo que habría sido un modelo más cercano al producto final.

Fotos prototipos y Feria: Star Wars Collectors Archive

Promociones POTF

A fines de los años 80, con la saga cinematográfica en pausa, las ventas comenzaron a decaer. Muchos juguetes quedaban acumulados en estanterías sin encontrar comprador, lo que llevó a cadenas y grandes almacenes a lanzar promociones, descuentos y ofertas especiales con el objetivo de liquidar el stock sobrante.

De la colección de rancho_trotacielos se puede apreciar la promoción con las figuras Last17, Romba y R2-D2 Lightsaber.

De la colección exclusiva de 3POs de Vin3po se puede apreciar la promoción con el AT-ST Driver y el Squid Head.

En el sitio de ventas, que ya no existe, DoneDeal, apareció una promoción con las figuras Death Star Gunner y Romba. Lo curioso de esta promoción es que no tiene la cinta amarilla que presentan las otras promociones. 

Electronic Talking C-3PO Carry Case (1996)

En 1996, en plena efervescencia del relanzamiento de Star Wars bajo la línea Power of the Force II, Hasbro presentó un artículo que mezclaba nostalgia con tecnología: el Electronic Talking C-3PO Carry Case. Este case, diseñado para almacenar figuras de acción de 3.75 pulgadas, retomaba el icónico molde del case de C-3PO lanzado originalmente por Kenner en 1983, pero lo reinventaba con un giro electrónico propio de los años 90.

El nuevo estuche conservaba la forma clásica del busto del droide dorado, aunque con un acabado plástico mucho más opaco y sin el brillante vac-metálico que caracterizaba al original. En su interior, seguía ofreciendo espacio para organizar figuras, aunque con algunas diferencias en los compartimentos. Sin embargo, la verdadera novedad estaba al frente: un módulo de voz integrado que permitía escuchar varias frases grabadas con la voz característica de C-3PO al presionar un botón. Estas frases, extraídas directamente del universo fílmico, eran un guiño claro a los coleccionistas y una forma de atraer a las nuevas generaciones que descubrían la saga original o sus primeras ediciones especiales en VHS.

El Electronic Talking C-3PO Carry Case fue un producto curioso dentro de la colección Power of the Force II: no sólo homenajeaba un diseño clásico de Kenner, sino que lo actualizaba para un nuevo público en una era donde los juguetes comenzaban a incorporar de forma masiva, funciones electrónicas como estándar. Aunque no tan buscado como su antecesor vintage de 1983, sigue siendo una pieza destacada por su carácter híbrido entre lo retro y lo moderno.

C-3PO Trilogy Carry Case (2004)

En 2004, con motivo del lanzamiento de la edición en DVD de la Trilogía Original de Star Wars, Hasbro volvió a traer al droide de protocolo más famoso de la galaxia en forma de case: el C-3PO Trilogy Carry Case. Este lanzamiento se inscribía dentro de la serie de productos que celebraban el regreso de las películas clásicas a las estanterías, esta vez en formato digital.

El diseño del case retomaba una vez más el molde clásico de Kenner de 1983, basado en el busto de C-3PO, pero esta versión venía con un acabado completamente nuevo: un plástico dorado sólido, sin el característico brillo metálico del vac-metálico original, pero con suficiente detalle en el esculpido para destacar las facciones mecánicas del personaje. A diferencia de su versión anterior, no incluía ningún componente electrónico ni frases grabadas, apostando por una estética más sobria y un guiño directo a los fans de la trilogía clásica.

El Trilogy Carry Case venía acompañado por dos figuras exclusivas de The Original Trilogy Collection (OTC): Han Solo y Chewbacca, ambas reempaquetadas especialmente para esta edición. Su capacidad interna era limitada en comparación con otros estuches, pero cumplía la doble función de organizador y pieza de exhibición.

Aunque no es el más buscado por los coleccionistas más veteranos, este case tiene un valor simbólico importante: representa el vínculo entre generaciones, uniendo el molde vintage con la estética de los 2000, en un contexto donde muchos redescubrían la saga o la compartían con sus hijos por primera vez.

Cambios en los Estampados de Origen

Conversando con el bueno de Tuntutenktenk surgió un detalle muy interesante sobre las distintas ediciones del case de C-3PO. : el Electronic Talking C-3PO Carry Case lanzado en 1996 como parte de la línea The Power of the Force conserva el molde original utilizado por Kenner en 1983. Si bien el diseño general del busto del droide dorado se mantiene, la gran diferencia está en el añadido electrónico ubicado en la boca, donde se incorporó un altavoz junto a un botón que activaba frases grabadas del personaje. Justamente en esa sección es donde se puede leer que esta versión corresponde a 1996 y que la marca a cargo del producto ya no era Kenner, sino Hasbro, que para entonces había absorbido la compañía.

Este añadido, aunque visualmente invasivo comparado con la estética limpia del original, fue característico de muchos juguetes de los años 90, cuando los efectos electrónicos eran sinónimo de modernización. Sin embargo, casi una década después, en 2004, cuando Hasbro lanzó el C-3PO Trilogy Carry Case como parte de la colección conmemorativa Original Trilogy Collection, optaron por hacer algunos ajustes significativos. En esta versión se eliminó por completo el módulo de voz, volviendo a un diseño más cercano al espíritu vintage, aunque con algunas diferencias notables: el plástico dorado utilizado tenía un acabado menos brillante y se cambió el estampado externo, actualizando los logos y detalles legales para reflejar el contexto del nuevo lanzamiento.

Así, el recorrido de este case nos muestra cómo un mismo molde puede vivir múltiples vidas: desde su origen en 1983 como un objeto puramente funcional con una estética deslumbrante, hasta transformarse en un producto electrónico en los noventa, y finalmente renacer como pieza de colección más sobria en los dos mil. Un testimonio claro de cómo la historia del coleccionismo está llena de detalles que sólo se descubren al mirar de cerca… o conversando con quienes saben.