Hace mucho tiempo, en una Galaxia muy, muy lejana…
La Antigua República disgregada, pudre dentro de la corrupción y la alevosía. Tecnócratas hambrientos de poder y burócratas adinerados sobornaron y maniobraron a su manera el Estado, mientras un ambicioso senador trazó el camino de la aniquilación de los Jedi.
Esperando restaurar la virtud y la recordada gloria de la República, el Alto Concilio de Senadores despachó a los caballeros Jedi, protectores de la justicia en la galaxia. en demanda por recuperar el perdido Cristal Kaiburr. Creyeron que el pequeño diamante que intensifica el poder de la Fuerza, uniría a las personas desafectivas y destruiría la corrupción a su alrededor. Sin embargo, dentro del Concilio, el malvado Senador Palpatine tenía planes de traición. Previendo que el Cristal afianzaría su posición como Emperador, Palpatine engañó a un Caballero Jedi y lo envió a adquirir el Cristal.
Sigma Vulcanus, un nuevo mundo se desenvuelve, agitado constantemente por violentos terremotos y erupciones volcánicas, desprovisto de formas de vida conocidas. En el fundido inundo volcánico de Sigma Vulcanus, Anakin Skywalker, un hombre guapo, moreno de dignificada estatura, hace un importante descubrimiento.
Usa su sable láser como una vara para destapar y descubrir al legendario Cristal Kaiburr. Skywalker lo toma con energía y un falso sentido de poder e importancia. Pero antes de poder saborear su triunfo, y retornar el Cristal a Palpatine, es confrontado por su viejo amigo y compañero Jedi, Obi-Wan Kenobi quién le ruega explicar sus acciones. Anakin se niega y al instante, los dos caballeros elevando sus armas letales se vuelven encerrados en un mortal combate. Anakin Skywalker, como controlado por otra fuerza, se vuelve rápidamente en furia, pero Obi-Wan Kenobi, el Jedi más experimentado, fácilmente desvía los furiosos reveses de su antagonista joven. – ¡Deja ir al Cristal, amigo! -. – ¡Su poder te consume y te vuelve contra los ideales Jedi! – le explica Kenobi. Pero las palabras no son consideradas por el joven Jedi y el conflicto continúa. Nuevamente Skywalker ataca a Obi-Wan y una compulsión desecha su postura defensiva. Kenobi detiene el sablazo y envía el sable láser en un vuelo fuera de la mano de Anakin. Precisamente en ese mismo instante, un terremoto cataclísmico mece el planeta. El efecto es devastador: se abren hendiduras y la tierra cruje, se elevan conos volcánicos, truenos y relámpagos golpean violentamente desde el cielo y varios volcanes estallan arrojando magma. El joven Jedi lucha por recuperar su sable láser, pero pierde el equilibrio y se zambulle, todavía en posesión del Cristal, en una grieta de lava fundida. Kenobi corre a prisa al borde del volcán y mira hacia abajo, pero es demasiado tarde para salvar a su amigo: Skywalker se envuelve completamente en lava.
Con lágrimas en sus ojos y angustia en su corazón, Obi-Wan recoge el sable láser de Anakin y le dirige una triste despedida al cuerpo de su amigo.
Jhantor es -el brillante centro del universo-. Muy poblado y con suficiente tecnología, es un Viejo Mundo de muchos contrastes: uno importante lo conforman los detallados puertos espaciales y sistemas de transporte que permanecen adyacentes a un gran templo y castillo antiguo. En otra parte de la galaxia, en la Capital Mundial de Jhantor, Palpatine entra en las cámaras del Senado, seguido estrechamente por una ruina: un palaciego joven llamado Príncipe Valarium, y asume su lugar a la cabeza de la mesa de conferencia. Valarium está de pie junto a él y cuchichea en su oreja mientras los ojos marchitos de Palpatine viajan alrededor de la mesa posándose en todos los hombres. En una discusión concisa con sus miembros ministeriales y la guardia personal, Palpatine revela que ha sobornado el sistema burocrático enviando la votación de la mayor parte de los miembros del Alto Concilio eligiéndole a él como presidente, pero hay tres senadores con los que no pudo tratar: Tara Courtney, Mon Mothma, y Bail Organa. Más allá, explica Palpatine, una vez que sean eliminados, piensa tener sus tropas tomando las Minas de Especias y Minerales y manipulando las vías comerciales.
Varios simpatizantes de la guardia personal muestran su aprobación, sin embargo, dos funcionarios jóvenes están de pie y rebelan voz de discordancia. El Lugarteniente Motti: luminoso, joven e inteligente, y el Comandante Tarkin, delgado y con hacha en mano, le enfrentaron con ojos oscuros: -Se ha oído el informe de que la fuerza militar de Palpatine está en la ruta de la Mina de Especias y en los puertos de la Estrella y que están listos para tomar posesión de la Flota Estelar, pero temen a la rápida retribución de la Orden de los Caballeros Jedi-. -Sé la mejor forma de tratar a esos canallas- anuncia Palpatine -sé el lugar y el momento. Allí será cuando demuestre mi poder absoluto-.
Toma un Holocrón: un traslúcido globo grande con forma de cristal. Palpatine lo acaricia con sus largos dedos, el artefacto rastrea líneas de longitud y latitud. El objeto empieza a brillar, y conjura una serie de imágenes del sistema planetario de Sigma Vulcanus. Las imágenes se combinan y se cristalizan en una sola imagen de Anakin Skywalker muerto.
Cuatro figuras encapuchadas con túnicas oscuras se acercan al candente e inmóvil cuerpo de Anakin Skywalker y lo alzan de su ardiente tumba. Skywalker con el cuerpo herido y sin cabello se encuentra vendado en trapos repugnantes. El rastro de las cicatrices marcó su cara, su cuerpo y sus miembros sin vida. Lo ponen en la tierra con gran reverencia y comienzan a administrarle medicina a las lesiones en un intento de traerle devuelto a la vida. Una de las figuras le ordena a otra: -Tráeme las hierbas y remedios-. Las órdenes son obedecidas al instante. Un tercero rocía el cuerpo con un polvo, mientras un cuarto mirando hacia las estrellas empieza a cantar profundamente, su voz retumba. En cosa de momentos, el cuerpo inanimado de Anakin Skywalker se revuelve.
Lejos por la galaxia, en el pantanoso mundo de Dagobah, Obi-Wan Kenobi camina por la densa niebla y se detiene, infeliz y abatido porque ha sido forzado por las circunstancias a matar a su amigo. Vuelve a Yoda, su viejo maestro de ochocientos años, y dice: -he fallado, maestro Yoda-. Yoda le da una mirada fija y despectiva, entonces cierra sus ojos: -¡nada bueno puedo enseñarle cuando no ha aprendido todavía a tener paciencia, humildad!-. Sacudiendo livianamente su cabeza, Obi-wan contesta con una excusa: -pero Anakin era mi amigo. La Fuerza estaba arraigada fuertemente en él, y cuando lo conocí pensó que yo sería un buen maestro para él-. Se detiene y respira profundamente, luego agrega: -temo que mi equivocación pueda dejar terribles consecuencias para la galaxia! -. Yoda alzando un dedo le dice: -has aprendido la lección más importante, ahora llevas una gran carga-, Kenobi aprieta sus ojos cerrados y llenos de lágrimas e inclina su cabeza en derrota. Pero Yoda inmediatamente va a su lado a ofrecerle consuelo y le revela que Anakin no ha muerto. Le explica los hechos que han acontecido en la Fuerza y presagia un conflicto mortal. El Caballero Jedi se ve silencioso y sin brillo por un momento, meditando. Entonces lentamente comienza a comprender la imponente amenaza que Palpatine le ha traído a la Antigua República. Piensa en las vidas de sus amigos, de Lady Arcadia Skywalker y Bail Organa, y le dice a su maestro que debe partir inmediatamente hacia Jhantor.
En el Interior del Puente de mando de la pequeña nave de transporte estelar tipo platillo de apariencia multi-rediseñada, el capitán Antilles -un joven escabroso de treinta años con bigote de viejo- realiza las verificaciones finales en su acercamiento a Jhantor cuando la nave pierde velocidad, al parecer encerrada en un rayo tractor. Los sensores exploradores de corto alcance revelan dos naves de combate centinelas. Las naves atacan cerca del puerto y en estribor. Los pilotos centinelas dañan la estructura superficial de la nave y envían un mensaje de abordaje.-¡No!¬contesta Antilles gruñiendo. Rápidamente verifica las lecturas mientras su androide protocolar C-3P0 le recordaba sucesos de antaño, cuando hace diez años atrás el muchacho coreliano salía de su cabaña a cazar con su rifle.
Antilles detiene su nave y en ese momento, a pesar de su objeción, un destacamento de las tropas de Palpatine aborda la pequeña nave y confisca la carga. El capitán Antilles maldice al oficial a cargo y objeta sobre la situación.
Cuando las noticias trágicas del asesinato de Tara Courtney llegan hasta las cámaras de la embajada, Lady Arcadia Skywalker se aflige y teme por el futuro. Ella desea regresar con sus sirvientes y androides hacia su mundo natal.
Lady Skywalker es una bella ama que se encuentra en las últimas fases del embarazo. Está temerosa por ella y el niño aún no nacido.
Durante varias semanas ha observado el orden de Jhantor deteriorado bajo las reglas de anarquía de Palpatine y ha pensado en escapar en forma clandestina a su hogar a bordo de una nave contrabandista. Pero, en el intento, Lady Arcadia y su partido son rodeados sorpresivamente por tropas armadas quiénes activan sus armas y los apuntan. Lady Arcadia se vuelve hacia el oficial a cargo y demanda una explicación. El oficial le informa que sólo está obedeciendo órdenes superiores. Ella se resiste a su autoridad y exige inmunidad diplomática. En ese momento reconoce una voz de ecos malignos con un claro sentido de poder. -¡No se apresure, Lady Skywalker!- el definitivamente autonombrado presidente Palpatine emerge de las sombras, acompañado por el príncipe Valariurn y éste explica a Arcadia, sus sirvientes, androides y su piloto que de ahora en adelante estarán bajo su custodia proteccionista.
La Orden Monacal del Sith se encuentra en lo alto de una montaña con Anakin Skywalker en estado de coma. Silenciosamente una de las figuras reviste sus lesiones. Su tarea es importante: en un sofisticado horno forjan una armadura de batalla y un casco de respiración de metal con apariencia de cráneo que cubrirá el demolido rostro de Anakin. Posteriormente le amputan los brazos y miembros que nunca más funcionarían, le reparan órganos vitales y encajonan su torso para siempre en la armadura y el respirador artificial. Finalmente, restauran los miembros con circuitería de la computadora ubicada en su pecho y lo reaviva de su estado de coma. Es entonces cuando Anakin Skywalker se vuelve más máquina que hombre. ¡Se vuelve Darth Vader! Siguiendo con sus reparaciones, el monje empieza a instruir a Vader en el Lado Oscuro de la Fuerza, en un sentido de ideales exactamente contrario al aprendizaje de Luke bajo Yoda. Le enseña muchas habilidades basadas en el odio y la agresión. Darth Vader es totalmente inmerso en la funcionalidad siniestra de la Fuerza. El monje le enseña a construir un letal sable láser usando fragmentos del estrellado cristal Kaiburr. Pero con cada nuevo desafío y cada habilidad cumplida, Vader se encuentra carente de propósito. Sabe que ha sido especializado como una arma del poder de la Fuerza y- todavía no puede concebir porqué.
Encolerizado por esta confusión y el miedo que ha privado su humanidad y su condición de hombre, Darth Vader ataca a uno de sus encapuchados maestros para descubrir tan sólo una túnica vacía que luego se esfuma. Humanamente herido y a la vez aterrorizado por este misterio, descubre cómo, uno a uno, los monjes encapuchados desaparecen extrañamente. La estática de una de las desapariciones reveló que se trataba de imágenes tridimensionales emitidas por el Holocrón de Palpatine. -¡Si, si!-, se escucha la malévola risa de Palpatine. -Ahora lo entenderás. Esta era mi Fuerza. Esta Fuerza te preservó vivo y esta Fuerza te dio vida nuevamente! Darth Vader se inclina hacia Palpatine y le agradece. Pero Palpatine no está interesado en recibir gratitud, está interesado en un arma poderosa y un sirviente obediente, y le recuerda que un Jedi anterior tiene el poder de destruirlo si desea. Entonces Vader arrodillado recibe la Fuerza y Palpatine le ordena -¡Ahora ven a mí, mi sirviente. Tengo una importante misión para ti. Una misión que completará tu entrenamiento!
El acercamiento de Obi-wan Kenobi y su llegada a Jhantor no son detectados por las defensas planetarias. Usando su destreza Jedi y su Fuerza, logra burlar los muros de centinelas que patruyan el perímetro y llega hasta el hogar de Lady Arcadia Skywalker. Pero al recorrer la embajada descubre que las grandes camaras se encuentran silenciosas y totalmente vacías y no hay pistas claras acerca del paradero de Lady. Entonces, saliendo de la oscuridad, el capitán Antilles aparece y confirma lo que Kenobi ya sospechaba: Lady y su partido se hayan detenidos como “huéspedes” de Palpatine en las celdas de los bloques de prisión. Antilles le explica que después de haberse introducido en Jhantor simulando ser un capitán de nave carguera coreliana, vino a la embajada a buscar ayuda del Gremio de Mercaderes, debido a su fama en piratería, y descubrió un unidad R2-D2 que Lady Arcadia tenía y que se escurrió durante su captura, ocultándose en las sombras. Le revela que la unidad Artoo le ha suministrado ayuda.
Saben que disponen de poco tiempo para rescatarlos, Obi-wan le ofrece ayuda al piloto coreliano y ambos hombres, acompañados por el cilíndrico androide mecánico toman camino hacia los bloques de las celdas.
Palpatine manda a sus guardias a traer el mercader de esclavos que capturó a su cámara del senado. Llegado él, se detiene observando atentamente de un lado a otro, el individuo examina su posición y las cadenas que lo retienen y piensa en su destino. Boba Fett, el único sobreviviente de un grupo de comandos que los Jedi derrotaron en las batallas de Mandalore durante las Guerras Clon, se regocija de la esclavitud interestelar que impone y el asesinato a sangre fría del Jedi Kane Starkiller. La sonrisa de desprecio en su cara llena de cicatrices es una prueba de la vida mercenaria que ha llevado Boba Fett.
Fett se defiende de los cargos que se le acusan aludiendo a sus acciones como “venganza virtuosa”. El malévolo presidente mira fijamente a Boba Fett por un momento, entonces le ofrece su libertad y su confiscada nave esclavizadora en intercambio por el exterminio de los Caballeros Jedi. También le promete un precio libre por cada Jedi que extermina si le trae pruebas de sus muertes, sin usar desintegradores. Fett sonríe ampliamente y le contesta que tendrá dificultad en localizarlos desde que se esparcieron por toda la galaxia. Pero Palpatine lo tranquiliza ya que le asegura, la tarea será sencilla con el arma confidencial del presidente. Boba Fett dudosamente está de acuerdo, entonces lo liberan de sus cadenas y lo escoltan fuera de la cámara. Cuando el mercader de esclavos se va, el Príncipe Valaríum, acompañado por unos pocos guardias personales, le anuncia a Palpatine la llegada de Darth Vader. Palpatine cuchichea con Valarium y le aconseja que, personalmente, dirija la ejecución de Lady Arcadia. En ese momento entra Darth Vader, que junto a los guardias se ve alto y amenazante en fluidas túnicas negras y armadura, y se arrodilla ante su maestro.
Palpatine sonríe, mira su creación de pesadilla oscura y le ordena cazar y destruir a los Caballeros Jedi. Vader vacila y le solicita permiso para visitar a su esposa. Pero Palpatine se niega y le narra una mentira a su sirviente, diciéndole que ha sido asesinada por sus camaradas, y como prueba le muestra las imágenes de su Holocrón como evidencia.
Aparentemente firme, Vader observa una serie de imágenes que Palpatine conjura del cristal del Holocrón. Las imágenes recrean en forma holográfica el momento de traición y asesinato de Lady Arcadia por dos de los Caballeros Jedi compañeros de Vader. Cuando la última imagen desaparece, el Señor Oscuro, engañado por las falsas imágenes, enciende su sable láser y atraviesa el holocrón con un odio imponente. Este último hecho completa la jornada de Vader al lado oscuro.
Entretanto, en lo profundo de los calabozos en el bloque de celdas, Obi-Wan Kenobi y el capitán Antilles logran dominar a un par de guardias de la celda de detención de Lady Skywalker, y la liberan. Alborozado de encontrarla todavía viva. Obi-wan y Arcadia se abrazaron calurosamente, entonces ella comienza a sentir fuertes dolores por su pronto parto. Antilles interrumpe su abrazo y les recuerda preservar sus “holas” hasta que estén seguros fuera del bloque de celdas. Pero cuando salen de la celda, el Príncipe Valarium y su guardias personales aparecen y elevan sus armas. Antilles hace intercambio de fuego con los guardias. Entonces Obi-Wan y Arcadia corren aprisa a través del laberinto del calabozo, seguidos estrechamente por el piloto coreliano. Se retiraron bajando por un corredor conjunto, pasada la sala de armas. Los dos héroes, con su fugitiva embarazada, deciden mantenerse firmes en la lucha. El Capitán Antilles usando su arma genera explosiones a lo lejos mientras el Caballero Jedi concentra todos sus pensamientos y sentidos en detonar el arsenal de la sala de armas y termina sellando el calabozo. Pero, en medio de sus esfuerzos, Kenobi elevó demasiado su energía vital, a tal grado que produjo una conmoción en la Fuerza. Conmoción que fue percibida por el poder oscuro de quién antaño fuera su mejor amigo. La Fuerza Oscura envuelve a Vader y traiciona sus pensamientos. Vader está decidido a completar la siniestra misión que Palpatine le ha confiado.
Adaptado de "Las Aventuras de Obi-Wan Kenobi" The Journal of the Whills de George Lucas
Traducido por Erick Skywalker Herlitz en Base Cumbre
The Star Wars Fan Club Chile
JOHN L. FLYNN
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